Dactiloscopía genética: identificación infalible

Precisión total
Las probabilidades de que dos patrones genéticos sean iguales son casi nulas. No existiría una pareja similar entre todos los habitantes del mundo. Esta técnica se emplea también para demostrar la paternidad de los hijos y para controlar la cruza de animales en peligro de extinción.

La “huella genética”
El profesor Alec Jeffreys, genetista de la Universidad de Leicester, Inglaterra, descubrió las huellas genéticas en 1984. Realizaba investigaciones en torno al ADN (ácido desoxirribonucleico), la sustancia química del núcleo de toda célula, que determina las características individuales de las personas, como el color del pelo y de los ojos. La estructura del ADN es diferente en todos los seres, a excepción de los gemelos idénticos.
El profesor Jeffreys descubrió que en cada molécula del ADN se encuentra una secuencia de información genética, la que se repite muchas veces a lo largo de toda la estructura molecular.
La longitud de la secuencia, las veces que se repite y su ubicación dentro de la estructura del ADN son factores propios de cada individuo.
Por medio de las computadoras, esa secuencia se transforma en un registro visual. La imagen, la «huella genética», consiste en una serie de barras registradas en una placa radiográfica.

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